jueves, 28 de agosto de 2014

Ni muerto has perdido tu nombre

Varela y Varelita eran socios en la tortura y la extorsión, durante la época más negra de la Argentina. Sus apodos vienen de un famoso conjunto de jazz, un día hojeando una revista Varelita se sorprendió de su parecido con uno de los músicos de la banda, y así quedó: Varela y Varelita. A partir de ese momento, empezaron a hacerse conocidos en el ambiente en el que se movían. Varelita conserva supuestas pruebas de víctimas que murieron durante la dictadura y así torturaban a sus familiares.
Aquí se hacen importantes sus nombres, en este entorno en el que trabajaron como socios de torturadores sus nombres tomaban importancia. Una vez pasada la época de socios Varela y Varelita se distanciaron.
 Una vez apartados uno del otro, Varelita sigue envuelto en este mundo, y lo hace como a él le gusta, según su propio modus operandi. Sin embargo Varelita sólo servía para los pequeños negocios, su propio modus operandi le impedía enriquecerse. Varelita decidió valerse de los datos que conservaba y así atormenta a Ana Botero haciéndole creer que su esposo aún está vivo a través de cartas que le envía
Lejos de estos hechos, Varela trata de olvidar este pasado, consigue una chacra donde vive con su mujer y se hace llamar Aguirre, su vida trata de ser escondida a través de este cambio de nombre y esta especie de nueva vida. Sin embargo, tiempo más adelante se reencuentra con Varelita quien no lo llamaba Aguirre sino Varela. Esto a el le traía recuerdos de este pasado el cual no quería rememorar.